Como todo deporte de raqueta, las palas de ping pong sufren un intenso desgaste a lo largo de entrenamientos, partidos y pachangas. Su constante golpeo con la bola, así como otras rozaduras con superficies como la propia mesa de ping pong o el cuerpo del jugador, nos obligan a tener un cuidado constante y minucioso para que nuestra pala se mantenga en perfecto estado, el mayor tiempo posible.
1. Siempre en su funda
Una vez que hayamos terminado el partido, independientemente de si vamos a utilizar la pala de ping pong al día siguiente, o en un mayor espacio de tiempo, debemos guardarla siempre en su funda. De esa forma evitamos que se deposite en las gomas partículas de polvo y otras sustancias. Así la mantendremos aislada también de posibles cambios de temperatura (sobre todo al transportala) o incluso del roce con otras palas en caso de llevar palas de repuesto en nuestro paletero.
2. Limpieza tras el partido
Después del partido o entrenamiento debemos limpiar nuestra pala con minuciosidad. Existen productos en el mercado para la limpieza de las palas creados por las propias marcas fabricantes de equipamiento de tenis de mesa como Butterfly o Donic. Si no estás seguro de qué producto puede ser mejor, o no tienes nada a mano, lo más sencillo es limpiar las gomas (las dos capas que cubren las dos caras de la pala) aplicando agua con una esponja o algodón. De esta forma retiraremos restos de polvo y sudor de esta zona que es la más delicada, ya que la eficacia de nuestros golpes depende del estado de las gomas. Límpialas de forma uniforme por toda la superficie y deja que se sequen los restos de agua al aire hasta que esté totalmente seca.
Algunos jugadores prefieren incluso limpiar su pala al final y durante el partido en el transcurso de algún descanso. Esto ya depende de tus preferencias de juego ya que no todo el mundo es partidario de alterar el estado de la pala durante el juego.
3. Sustituye las gomas defectuosas
Cuando las gomas de las palas de ping pong empiecen a mostrar los signos del paso del tiempo no dudes en cambiarlas. Puedes optar por adquirir una nueva pala de ping pong, pero si estás satisfecho con la que tienes y la madera está en buen estado, puedes mantenerla perfecta cambiando sólo las gomas. Algunas personas tienen dudas sobre cómo hacerlo, pero con paciencia y dedicándole tiempo es una tarea sencilla. Necesitarás pegamento, cinta para el canto y las gomas para sustituir.
La pala es la extensión de tu brazo, por eso, como si fuera parte de tí es fundamental cuidarla correctamente para evitar que sufra en exceso con el uso.
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