Si convertimos una disciplina deportiva en nuestro trabajo pasando a ser deportistas de élite o profesionales, resulta imprescindible conocer nuestra capacidad física por un lado, los impactos fisiológicos que el ejercicio provoca en nuestro cuerpo y los estándares fisiológicos establecidos. De esta forma podremos diseñar un entrenamiento a la altura de profesionales, en este caso del tenis de mesa profesional.
¿A qué nos referimos al hablar de impacto fisiológico?
El impacto o efectos fisiológicos son aquellas alteraciones físicas en el cuerpo del deportista producto del esfuerzo físico. Las variables más tenidas en cuenta a la hora de analizar dicho impacto en deportistas de élite de diferentes disciplinas deportivas son: frecuencia cardíaca, niveles de ácido láctico y consumo de oxígeno. Los dos primeros se miden con el objetivo de determinar el grado de esfuerzo ejercido por el jugador en diferentes momentos del entrenamiento o partido. Conociendo estos niveles, podremos orientar el entrenamiento para mejorar las condiciones del jugador y por lo tanto, su avance en nivel de juego y puestos de ránking.
podremos orientar el entrenamiento para mejorar las condiciones del jugador
Estándares óptimos para un juego efectivo
Numerosos son los estudios que se han realizado en el ámbito científico médico deportivo sobre los impactos fisiológicos en tenis de mesa profesional. Los más interesantes que se han realizado en el ámbito latino son los de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca y la Universidad de Zaragoza que en 2012 han publicado de forma conjunta, varios artículos sobre tenis de mesa (1), o los estudios de Juan Felipe Correa-Mesa y Juan Carlos Correa-Morales de la Universidad Nacional de Colombia (2).
Los investigadores de la Universidad de Zaragoza señalan que en tenis de mesa “podemos comprobar que las situaciones de juego que se desarrollan son de tipo intermitente, aeróbica-anaeróbica alterna, con un 40- 50% para el metabolismo aeróbico, un 10-20% para el anaeróbico láctico y el resto para el anaeróbico aláctico, con consumos medios de oxígeno durante los partidos de aproximadamente un 70% del máximo y frecuencias cardíacas de 145-160 latidos por minuto”(1).
Diferencia de valores según el tipo de juego
Como todos los estándares, no se pueden seguir a la perfección ya que son una guía de hacía dónde debemos ir. Los mismos estudios señalan que dependiendo del tipo de juego que realicemos, de la intensidad de los momentos de mayor tensión del partido, o la velocidad con la que resolvamos un punto, tanto la frecuencia cardíaca, como el oxígeno en sangre o los niveles de ácido láctico, pueden variar. En otras palabras, no se traduce en nuestro cuerpo de la misma forma el pelear un punto con cinco o seis golpes, que ganarlo con el servicio, por ejemplo.
Por lo tanto, lo más aconsejable es que tu entrenador y tú dediquéis tiempo a realizar vuestro propio estudio, determinar vuestro valores durante varios partidos de tenis de mesa profesional, para así decidir que tipos de aspectos mejorar con entrenamiento láctico, cardiovascular o complementario.
(1) Francisco Pradas de la Fuente; José Antonio González Jurado;Edgardo Molina Sotomayor & Carlos Castellar Otín, Características Antropométricas, Composición Corporal y Somatotipo de Jugadores de Tenis de Mesa de Alto Nivel, Int. J. Morphol., 31(4):1355-1364, 2013.
(2) Correa-Mesa Juan Felipe, Correa-Morales Juan Carlos, Prevalencia de lesiones musculoesqueléticas en jugadores de tenis de mesa. Revista Ciencias Biomédicas, enero-junio, 2014.
Foto: «LiJiawei-AustrianOpen-Wels-20071028» by Gerhard Palnstorfer from Salzburg, Austria.