Los jugadores de tenis de mesa desarrollan parte de su técnica y habilidades en las edades más tempranas. El entrenamiento de tenis de mesa debe adaptarse, como en todos los deportes, a la edad de los jugadores y al desarrollo lógico del juego. Es entre los 8 y los 15 años cuando los futuros jugadores profesionales fijan su forma de juego.
La Real Federación Española de Tenis de Mesa señala que los jugadores que se encuentran entre estas edades deben enfocar su entrenamiento a desarrollar la resistencia, velocidad, agilidad, fuerza, coordinación, equilibrio y la flexibilidad, pilares de este deporte. Estas capacidades se desarrollan a través de la preparación física específica, mientras que desde los 5 a los 8 años se potencia la preparación física general, que se utilizará en la etapa posterior como actividad paralela. Como señalan Godoy-Izquierdo, Velez y Pradas «el rendimiento deportivo es el resultado de la integración de las capacidades físicas (p. e. fuerza, velocidad, resistencia, equilibrio, coordinación), técnicas (p.e. dominio de los movimientos de la modalidad deportiva), táctico-estratégicas (p.e. conocimiento de las estrategias de la especialidad deportiva, decisiones tácticas) y destrezas psicológicas (p. e. capacidad para mantener la concentración, para autorregular los niveles de activación, autoconfianza o cooperación con el resto del equipo) del deportista».
El entrenamiento alrededor de la mesa debe complementarse con ejercicios para desarrollar estas capacidades: carreras para la velocidad como carreras de relevos, series cortas para potenciar la explosividad y las frenadas, circuitos de obstáculos para fomentar la coordinación y ejercicios para mejorar el equilibrio estático, dinámico y en post-movimiento.
Estas capacidades son de carácter físico, pero hay otros aspectos que también se deben entrenar y a los que en ocasiones se presta menor atención. El juego en equipo, la capacidad de comunicación, cooperación, así como conductas que motiven la creatividad, autocontrol y colocación. Para fomentar estas capacidades es beneficioso practicar otros deportes o actividades para la preparación física general, de forma complementaria una vez por semana, como el baloncesto, voleibol o balonmano. Además de promover el juego en equipo, se pueden continuar el entrenamiento de cambios de velocidad y dirección.
En este sentido es especialmente útil el decálogo elaborado por Marie-Josée Couchaere que señalan desde la federación como una herramienta útil a tener siempre en cuenta y que podría aplicarse a cualquier deporte:
1. No propagarás rumores falsos.
2. No hablarás mal de nadie en su ausencia.
3. No realizarás juicios de valor.
4. No te burlarás de tus compañeros.
5. No disimularás tus errores.
6. No te inventarás éxitos que no son reales.
7. No prejuzgarás.
8. No mentirás para saber la verdad.
9. No dañarás a tus compañeros.
10. No le faltarás al respeto a nadie.
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