Pelé tras mil goles pisó el césped por última vez a los treinta y siete años. Muhammad Ali colgó los guantes cuando cumplió los treinta y ocho. Solo Jordan, el 25 de los Bulls, después de dejarlo varias veces, llegó a los cuarenta años en una cancha de baloncesto. En 2012 J’hayber celebró su cuarenta aniversario. Mejor dicho, celebró sus primeros cuarenta años. Sería complicado intentar resumir en estas líneas la trayectoria de un fabricante de calzado deportivo que pronto se convirtió en empresa y que apostó por crecer hasta ser una marca.
Una marca vinculada durante su historia al deporte con mayúsculas pero que siempre se encontró especialmente cómoda en la práctica del baloncesto, del tenis y del pádel. Acompañando a equipos y jugadores profesionales en su búsqueda del éxito, pero principalmente patrocinando las historias de superación de todos aquellos deportistas anónimos que practican el deporte más exigente y emocionante: la vida.
Cuando en 1972 J’hayber empezó a comercializar su mítico modelo Antorcha gracias a la inversión en I+D y a una clara apuesta por la internacionalización, hacía escasamente tres años que se había celebrado el primer partido de pádel en Acapulco. Un dato que nos permite ver claramente como la empresa nacida en Elche ha sabido adaptarse a su entorno y a las exigencias y gustos de sus clientes.
Tras la Antorcha llegó el Olimpo, un diseño que la marca sigue fabricando actualmente como New Olimpo, y que hace tiempo dejaron de ser unas zapatillas de deporte para convertirse en un icono que significó el salto a los 80 y a las pistas de tenis. Una década donde J’hayber dijo también hola a las canchas de baloncesto de la mano del mítico seleccionador español Díaz Miguel, que durante años, asesoró técnicamente a la marca. En los 90 en España nos invadió el espíritu olímpico y mientras J`hayber cumplía para aquel entonces 20 años, introdujo en nuestro país la fabricación de zapatillas con poliuretano, dotando a todos sus modelos de una ligereza y resistencia que a muchos nos llevó a pensar que unas J’hayber eran indestructibles.
Hoy, como los buenos corredores de fondo, J’hayber continua compitiendo en un mercado cada vez más exigente. «Igual que en los 80 apostamos por el tenis y posteriormente con el baloncesto, creemos que el pádel es un deporte en expansión» afirman desde el grupo al referirse a la línea técnica específica de la marca para la práctica del pádel. Un deporte que durante los últimos años se ha popularizado en nuestro país y en el que J`hayber ha volcado toda su experiencia formando equipo con algunos de los mejores jugadores del mundo. «Hoy el mercado ha evolucionado y es más complejo sobre todo en lo referente a aspectos de marketing». Por eso, J`hayber ha decidido que ha llegado el momento en el que «Ser es mejor que aparentar» y ha encontrado en Dani Martín, quien cantara aquella de Zapatillas, la imagen para acercarse a una nueva generación de consumidores.
Seguir hacia delante es el mayor de las retos. Saber gestionar los éxitos y los fracasos. Saber tomar el pulso a una sociedad que vive en un cambio constante. Y además, hacerlo siendo siempre fiel a lo que eres. Es algo que J`hayber lleva haciendo los últimos 40 años. Y para celebrarlo os proponemos un recorrido por su historia a través de una serie de imágenes que muestran la evolución de la marca. «Marty, dale al condensador de fluzo». Texto: Juan Salvo
