Cuando llega el verano y vamos a la playa es muy común ver en la arena a multitud de personas jugar al fútbol playa, unos mejor y otros no tanto, pero siempre con la intención de divertirse desde el primer momento. Se puede decir que esta modalidad de fútbol es el deporte rey de la arena en nuestras costas, eso sí, siempre con el permiso del vóley playa.
Para empezar a introduciros vamos a contar un poco de la historia de este joven deporte que es el fútbol playa. Creo que no es difícil adivinar dónde nació esta disciplina si has viajado alguna vez a Brasil y has visitado sus playas, y es que fue precisamente en las playas de Copacabana en los años 70 cuando se vieron los primeros balones de fútbol tocar la arena. En 1992 se crearon las Reglas de Juego para el primer campeonato disputado en Los Ángeles y en el año 2000 se creó la organización Beach Soccer Worldwide, que defiende y fomenta el crecimiento de esta disciplina.
En el año 2005 el fútbol playa pasó a formar parte de la FIFA como disciplina deportiva y desde entonces se disputa cada 2 años los mundiales, celebrándose el último en Portugal en el año 2015, proclamándose campeón la misma anfitriona Portugal, que derrotó en la final 5-3 a la selección de Tahití.
El fútbol playa es una modalidad de fútbol, pero cuenta con varias diferencias: las dimensiones son mucho más reducidas de 36×27 metros, el número de jugadores por equipo son 5 (cuatro jugadores más el portero) y la duración del encuentro se distribuye en 3 tiempos de 12 minutos de juego. Además, los partidos no pueden acabar en empate, sino que debe jugarse una prórroga de 3 minutos y, en el caso de no deshacer el empate, penaltis.
El material necesario para jugar al fútbol playa es muy sencillo, ya que únicamente necesitas un balón de fútbol playa que está realizado con un recubrimiento especial de espuma que lo hace más fácil de golpear. Y si quieres montar partidos más profesionales existen cintas para delimitar el campo y que no corras detrás de la pelota por toda la playa.
Un aspecto importante para cualquier persona que quiera jugar al fútbol playa es el físico, ya que practicar este deporte en arena es muy duro y te cansas el triple. En los partidos profesionales los jugadores de fútbol playa pueden correr hasta 12 kilómetros y hay que sumarle la resistencia al movimiento que supone correr por la arena, cosas que convierten al fútbol playa en un deporte muy completo. Además, la dificultad que supone jugar por el suelo hace que el balón pase la mayor parte del tiempo por el aire y que necesites de una gran técnica con el esférico.
Ahora que ya conoces todo sobre este joven deporte, ya estás preparado para convertirte en un experto del fútbol playa y demostrar tu calidad en la arena.