Los practicantes del tenis de mesa no profesionales en muchas ocasiones piensan que la preparación física no es especialmente necesaria frente a la preparación técnica, ya que los avances en esta última se perciben mucho más rápido. De hecho hace años corría el mito de que una preparación física intensa en el tenis de mesa reducía la velocidad del jugador, haciéndole jugar más lentamente. Un mito que como tal, no es una realidad.
La preparación física proporciona fortaleza a nuestros músculos, y seguridad a nuestros huesos y ligamentos, por lo que se hace imprescindible una buena preparación para evitar lesiones. El gran objetivo es realizar una preparación que no de lugar a la hipertrofia muscular. Por ello, debemos realizar un entrenamiento equilibrado que cuide especialmente las posturas corporales.
En el tenis de mesa, el juego se articula en torno a jugadas de entre 5 y 6 golpeos, que requieren fuerza y velocidad. Necesitamos resistencia para jugar en buenas condiciones todo el partido, pero no se trata de un deporte que requiera de una resistencia constante. Por ello, la preparación física enfocada al tenis de mesa debería ser sobre todo anaeróbica, combinada con algunos ejercicios aeróbicos.
Las principales condiciones de un jugador de tenis de mesa se desarrollan entre los 7 y 8 años. El grueso del sistema neuronal y motor se desarrolla en este intervalo de edad. Los que empecéis más tarde no quiere decir que ya no tengáis opciones, pero si tendréis que incidir mucho más en este aspecto. La velocidad es la principal característica de un jugador de tenis de mesa.
De la misma manera que la velocidad, la coordinación también se desarrolla en ese periodo de la infancia, pero con entrenamiento podremos desarrollarla en edades posteriores, por lo que el entrenamiento es fundamental.
A la hora de establecer un plan de entrenamiento tenemos que plantearnos cuáles son nuestros objetivos, qué queremos mejorar y cómo completar el ejercicio para no descompensar las partes más inactivas durante el entrenamiento.
Debemos ser conscientes y coherentes con nuestra situación física previa al entrenamiento, sobrecargar el programa para la preparación física no hará más que perjudicarnos y retrasar nuestras posibilidades de avanzar, por no mencionar las posibilidades de lesión. Debemos planificar las sesiones durante la semana respetando los tiempos de recuperación así como los periodos en los que se participe en torneos, que requieren de una atención y planificación especial.
No debemos olvidar los ejercicios para el desarrollo de la flexibilidad. Este aspecto es especialmente importante ya que en cuanto deja de entrenarse las capacidades adquiridas se pierden muy rápidamente, salvo las personas que tienen un «don». En un deporte como el tenis de mesa, en el que durante el juego se realizan muchos cambios de dirección y velocidad para poder controlar el movimiento de la pala y darle efectos a la pelota, la flexibilidad es determinante a la hora de evitar lesiones, desgarramientos musculares o el clásico «tirón».
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, ya puedes comenzar a diseñar tu plan de trabajo y entrenamiento para mejorar tu condición física de cara a practicar tenis de mesa y evolucionar tu juego.
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